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No es posible exagerar la importancia de la minería en el sistema ideado por Satoshi Nakamoto. Demos un paso atrás y admiremos el esplendor de la organización espontánea, gracias a esta breve explicación de Paul Bohm:


“Para asegurarse de que a un atacante le sea más caro adquirir
el poder computacional necesario para poder engañar al sistema, Bitcoin cuenta con una estructura de incentivos. Los usuarios que aportan poder computacional (los “mineros”) se ven recompensados por su trabajo; así, cuando el valor del bitcoin aumenta y por lo tanto atacar al sistema se torna más rentable, también se torna más rentable para los usuarios honestos añadir recursos computacionales a la red.

En cualquier momento dado, los mineros invierten en equipos tanto como es rentable para cada uno de ellos. La “minería” no es en absoluto un desperdicio de energía, sino todo lo contrario: es una forma increíblemente eficiente de hacer que los ataques no sean rentables".

 

* Aclaración: uno adhiere a las reglas del protocolo Bitcoin
simplemente ejecutando el software de Bitcoin.


Bitcoin incentiva a los mineros a fin de proteger el consenso que se da entre los nodos de la red, pero nunca utiliza más recursos
computacionales de los que necesita para proteger su integridad y buen funcionamiento.

 

La naturaleza de Bitcoin 

 

Como ilustran los ejemplos de BitTorrent y Skype entre muchos otros protocolos de redes peer to peer – las buenas ideas, en Internet, se transmiten vertiginosamente. Así pues, la expansión viral de Bitcoin puede ocurrir en cualquier momento.
Cabe entonces imaginar un futuro en el cual millones de personas utilizan Bitcoin regularmente. Aún bajo presión gubernamental, Bitcoin podría evolucionar como una suerte de sociedad paralela, cohesionada por un sinfín de acuerdos plenamente voluntarios.
Los usuarios de Bitcoin podrían contactarse para negociar al
margen de regulaciones absurdas; para armar y financiar
emprendimientos difíciles de gravar; para solicitar y ofrecer
alojamiento en todas partes del mundo; para ayudar a las víctimas de regímenes opresivos; etc. etc.
Bitcoin no es una compañía – como algunos distraídos han
supuesto. Tampoco es “simplemente una herramienta”. Bitcoin es, en todo caso, un marco para el desarrollo de herramientas. Por su capacidad para absorber constantemente innovaciones sin abandonar su esencia, Bitcoin se parece más bien a Internet – se confunde con Internet... y vivirá tanto como Internet.

 

La moneda universal

 

Gracias a la posibilidad de intercambiar bitcoins por – hasta la
fecha – más de noventa signos monetarios, Bitcoin podría acabar convirtiéndose en el método de elección para la transferencia internacional de fondos. En tal caso, los habitantes de países del “tercer mundo” serían los más beneficiados.
¿Ganará Bitcoin tracción en el tercer mundo, antes que en el primero? Las condiciones para ello están dadas: bajo grado de bancarización; regulaciones asfixiantes; extensa economía informal; alta inflación; ciclo económico frecuente; comisiones abusivas por servicios de remesas; explosión en la venta de móviles...
De cualquier manera, las ventajas de Bitcoin no pasarán desapercibidas por mucho más tiempo, en el tercero ni en el
primer mundo. Hoy en día, mail es sinónimo de e-mail; ¿será “moneda”, en un futuro no lejano, sinónimo de Bitcoin?

 

El sistema monetario más seguro

 

Quien crea que los algoritmos criptográficos empleados por Bitcoin – SHA256 y ECDSA – no son lo suficientemente confiables, tampoco debería confiar en las tarjetas de crédito, ni en cualquier tipo de transferencia bancaria electrónica.
¿Y no podrían las computadoras del futuro burlar la seguridad que  ofrece hoy Bitcoin?
Quizás. Pero recuerda: de ser necesario, el software puede
actualizarse (de hecho, se actualiza periódicamente).

El mismo problema enfrentarían instituciones financieras tales como los bancos, que también dependen de la criptografía para efectuar
transacciones.
Eventualmente, las nuevas tecnologías podrían incluso desafiar el rol monetario de la plata y el oro, al acabar de alguna manera con su relativa escasez (minería en asteroides; extracción a partir de arenas o de agua marina) – con un agravante: las cualidades físicas de los metales preciosos no pueden ser actualizadas.
En cambio, ninguna tecnología podrá jamás alterar los axiomas de la matemática, lo cual garantiza que el número total de bitcoins nunca será incrementado en forma discrecional.
Ahora bien... ¿pueden perderse los bitcoins? Claro que sí, del mismo modo que pueden perderse billetes, lingotes u otras pertenencias. Pero también pueden mantenerse adecuadamente resguardados...

 

¿Puede fracasar Bitcoin?

 

Un escenario que podría suponer el fracaso de Bitcoin es el de una prohibición total y mancomunada por parte de los gobiernos más poderosos del planeta.
¿Pero qué puede hacer un Estado frente a Bitcoin?...

en realidad, lo mismo que frente a BitTorrent o a Wikileaks: 

nada que funcione.
Irónicamente, los ataques gubernamentales podrían incluso fortalecer a Bitcoin. Eso mismo le ocurrió los sistemas descentralizados para el intercambio de archivos de música: florecieron luego de la desaparición forzada de Napster, y prosperaron al calor de la persecución.

Cuando se trata de software de código abierto, lo que no se mata no sólo se hace más fuerte; también se multiplica, y se propaga, y se hace más confiable, más rápido, más amigable, etc. etc.
Un sistema indestructible Para frenar a Bitcoin hay que eliminar internet. Punto. Es la única manera de lograr que todas y cada una de las computadoras que ejecutan el software de Bitcoin
queden (al menos transitoriamente) incomunicadas.
¿Y una catástrofe a gran escala no acabaría con Bitcoin?

Nonecesariamente: basta que una sola de dichas computadoras no sea destruida en el proceso para que – una vez restablecidas las conexiones – los legítimos dueños de las criptomonedas digitales puedan volver a operar con normalidad.
Cabe recordar que las claves privadas (aquellas que garantizan laposesión de un determinado número de bitcoins) se encuentranen poder de los usuarios, quienes pueden conservarlas en sus discos rígidos, pero también en cualquier otro soporte de información, incluyendo papel.
El eslabón más débil de Bitcoin no es el protocolo creado por
Satoshi Nakamoto (el cual, justamente, asegura el funcionamiento descentralizado del sistema), sino los grandes sitios de
intercambio en Internet. Pero si bien los ataques reiterados a este tipo de sitios podrían llegar a minar la confianza en el sistema, también podrían incentivar el uso de otras vías de intercambio, favoreciendo así la descentralización.
Y una vez que los puntos de intercambio están lo suficientemente
descentralizados... ¿cómo frenar la compra y venta de bitcoins?
Enfrentémoslo: el Estado seguirá aferrándose a lo que todavía puede controlar, aunque eso que puede controlar sea cada vez menos relevante.
¿O es que el Estado realmente no controla nada, y sólo ahora
estamos empezando a entenderlo?
Atendamos ahora a las fortalezas de Bitcoin como sistema de incentivos. Para destacarlas, tomaremos como referencia el ejemplo de otro proyecto – enormemente exitoso, por cierto – que también está basado en una red peer to peer: BitTorrent.

 

¿Es necesario el visto bueno del Estado?


Los bitcoiners están divididos en cuanto al significado y las posibles consecuencias del reconocimiento oficial de Bitcoin. Por un lado, hay quienes insisten en que, para ser ampliamente aceptado, Bitcoin debe presentarse como una simple alternativa a PayPal.

Según ellos, “legitimidad” es sinónimo de bendición gubernamental, por eso instan a todo negocio relacionado con Bitcoin a registrarse ante funcionarios que ni siquiera han oído hablar de Bitcoin; a cumplir con regulaciones elaboradas específicamente para obstaculizar la innovación; a invertir en abogados y contadores incluso antes de saber si el negocio es rentable; a demostrar su inocencia (antes de haber siquiera actuado) frente a una autoridad arbitraria, corrupta, violenta e
ignorante. 

 

Lo cierto es que ningún emprendimiento verdaderamente innovador alcanza el éxito en Internet mediante una licencia gubernamental, es decir mediante un permiso otorgado por una organización, cuyo negocio es el de entorpecer el libre intercambio...

 

Otros, en cambio, saben perfectamente que – tarde o temprano –
los privilegiados por el actual sistema monetario verán a Bitcoin como una amenaza para sus intereses, y que harán todo lo posible para demonizarlo (luego de corroborar que no pueden eliminarlo).
Estos otros bitcoiners han comprendido que la gente se acerca a Bitcoin precisamente buscando un refugio, una alternativa al dinero de curso forzoso, y que es inútil disimular la naturaleza de Bitcoin con el fin de apaciguar al Estado.
De todas maneras, que Bitcoin aún no haya sido reconocido oficialmente como dinero no se debe al temor de los gobiernos, ni a la falta de jurisprudencia al respecto. Se debe a que los
beneficiarios del sistema monetario vigente habitan una burbuja inflada por intelectuales que han prostituido su intelecto. Y como dentro de esa burbuja se respira mitología, no tienen ni la más remota idea de lo que Bitcoin significa para ellos. Están demasiado cómodos como para preguntarse cuál es el origen de su comodidad.

 

 

"La red descentralizada sumada al interés compuesto y la aceptación masiva, son los únicos factores que otorgan todo el Poder a Bitcoin y a sus Cripto-hermanas, pues su característica escencial, es la libertad..."

Oscar.

El Sentido de la Minería - Poder En La Red

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